Yla puta que pasó tiempo, chei.
Stoner stories recién mudado es como asentarse en la hacienda, el campo argentino más digno, la vida hecha tambo y porqué no, tinto.
Una mudanza plagada de mocedades y chascarrillos del destino, como la lluvia torrencial que se avecinó en los postretoros instantes después de la carga de toda la mueblería que compone mis pobres posesiones materiales.
Y como mi amigo augusto me cagó, además era yo solo con dos morongos que contraté para poder movilizar algunas cosas en secuencia verticular, o sea por las escaleras porque non cabían nello elevatore.
O sea yo corriendo como un cochino mientras las chantas estos se aparecían con una chata cubierta de lona y trataban de vendermelo como el “camión” de mudanzas. Ignominia pura, vea!
Finalmente terminamos la mudanza y por lo menos disfruté de una sesión de aguardiante del cielo, o sea vodka en ruso. Y visto y considerando la hora me consumí y a dormir.
Y aunque todavíoa no tengo conexión internética cibernética computadorizada que me conecte de forma digilogia al mundo, sigo acumulando stoner stories. A lo mejor, si desculo cómo, cuelgo esto desde un ciber. Pero la cencia a veces es complexa y me confunde. Como ahora.
Hola!
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