jueves, marzo 08, 2007

Maximizando la sensibilidad estónica

Stoner stories noes para cualquiera, le digo señó. No no no lo es (corito de morenas). Las historias fumadas requieren de una deglución sucecisa (o sucesiva bien escrito) que va aumentando el umbral de sensibilidá “S”toner (a partir de ahora, “SS”) hasta llegar aq un momento paroxísitoc en donde te das cuenta que todo lo que se narra acá, repito TODO REPITO TODO ad infinitum digo todo lo que se narrá en estas pa´gianas virtuales auspiciadas todavía por nadies estas páginas virtuales que sirven de tribuna civil, digo todas las cosas aquí contadas sucedieron realmente. Alguien muy quemado tuvo que sentarse, todavía quemado, a escribir estas cosas mientras intenta hilvanar dospensamientosqueincluyan un puto espacio ahí salió.

Ese alguien muy quemado, queridita, ese alguien soy yo. Por ejemplo, seguí leyendo el desvarío que sigue:

La entidá terrena conocida como Luis XV no tiene nada que ver conmigo, pero nuestros pixeles se han encontrado en alguna obra virtuálica. Y sin embargo, Luis XIV dijo “El stoner soy yo” Y se equivocó. El estoner somos todos. Es por eso que hay que proclamar el socialismo libertario canabítico como nuestro sistema de gobierno; un sociedad en donde todos estaremos entrenados apra luchar contra el enemigo interior, y abrazar nuestra esencia herbal.

Y como de la polítca a la cama hay un pequeñó salto, salto a la mía y me viá torrar, que ya se me murieron muchas neuronas y el hada de las neuronas tiene que venir a dejar paqueticos debajo de mi almohada por ser un niño bueno.

¡Hasta la victoria, stoner!

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