jueves, marzo 13, 2008

La historia sin fin

Man que te epuedo decir, que cuando empiezo a hacer beatboxing en el living de mi csassa (Rawson), sé que he llegado al estado entero que se necesita para escribir estas crónicas de la desolación cerebral que causa el uso compulsivo de cannabis. Ya acabo de escribir eso en muy poco tiempo y sin parar a respirar. Lo que es más difícl de lo que se lee.

Anyhow…….

Crónicas marcianas diriase, marcianas pero de las de wells, no ray bradybury que, la verda, tnato no me gusta. Menciono a bradbury y me acuerdo de la rosarina cocca que se cazrteaba con el viejo. Qué buena que estaba la cocca!ª!!!!

En serio!! Acabo de darme cuenta que se puede interpretar esa última frase como una apología al uso de sustancia más dirías “duras2” pero no…. La chica en cuestión se llama Romina Cocca y era una rosarina compañera mía de la escuela de niu york. Buscala en internet y la vas a encontrar.

De todas fiotmnas hablabas de lo marciano, lo marciano como forma Y contenido, ambas cosas. Estas cronnícas canabíticas no serán marcianas pero colorados si son, cual desierto del prxóimio plante del siteams solar.

Y es que a veces estos pequeños opúsculos se parecen a avbenturas desvariadas que no tienen lugar en ningñun tiempo y espacio (bni lugar, etcñétera etcñetera.) trascienden las altitudes más atmosféricas del coñlo y vuelvan a dar la vuelta al mundo en 80 días.

No tengo la menor idea de lo que estoy escribiendo, te lo juro mannon te lo juro jurásico. Y es ASÏ como se escrbien las mejores stoner stories. Como esta que viene a continuación:

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